eroes del cenepa

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Situación militar del Perú y Ecuador

La situación militar de ambos países al inicio del conflicto, venía a ser muy dispareja, a diferencia de la imagen que representaban; las ventajas estaban del lado ecuatoriano.
El Perú afrontaba desde 1980 una guerra interna desatada por el grupo terrorista Sendero Luminoso, que conoció su más cruenta etapa entre 1982 y 1991. Las Fuerzas armadas del Perú se hicieron cargo de la lucha antisubversiva desde Diciembre de 1982, con el consiguiente desgaste que ello conlleva, tanto económico como social.
La Fuerza Aérea peruana, que desde la década de los años 60 y parte de los 80, había llegado a ser considerada como una de las más poderosas de Hispanoamérica, se hallaba, en 1995, en una deplorable situación. Así, en el momento de estallar el conflicto, de más de 100 aparatos de combate que tenía en inventario, sólo se hallaban operativos: 3 Mirage 2000, 7 Sukhoi 22, 4 Camberras, 8 A-37B y 5 helicópteros artillados Mi-25; los Mirage 2000, que venían a ser los aviones más modernos de la FAP, no contaban con misiles aire-aire de medio alcance. Los sistemas de radar sólo tenían una operatividad del orden de menos del 45%, y los sistemas antiaéreos, del 20%.[13] Por el lado ecuatoriano, después del Incidente de 1981 "Paquisha", se inicia una serie de compras y modernizaciones de sus sistemas aéreos y terrestres; entre los más importantes está la compra de aviones Kfir C2, y las modernizaciones de sus Mirage F1. Se puede afirmar que, para inicios de 1995, la Fuerza Aérea del Ecuador era una de las más competentes de la región, contando con un arsenal de 12 Mirage F.1JAs, 10 Kfir C.2s, 10 Jaguars MK.1 y 10 A-37B. Sus fuerzas terrestres habían sido preparadas durante largo tiempo para el combate en la selva; a lo largo de la guerra del Cenepa se desplegaron, preferentemente, soldados profesionales de brigadas de fuerzas especiales como los "Iwias". En contraparte de esto, el ejército peruano estaba conformado al principio del conflicto, en su grueso, por conscriptos de servicio militar obligatorio escasos de preparacion.[13] Las fuerzas armadas ecuatorianas hicieron uso de sus cortas líneas de abastecimiento y la ventaja geográfica que otorga la cordillera del Cóndor (6500 pies de altura) para atacar directamente con morteros y lanzadores de cohetes múltiples, a tropas del ejército peruano que intentaban fortalecer sus posiciones. Todo esto gracias al uso de tecnología moderna, tal como el posicionamiento global satelital GPS, para localizar con precisión su objetivo.[14] A pesar de que la sofisticación del armamento data de los años 60’s y 70’s, un conflicto armado a esta escala era desconocido entre países hispanoamericanos. Las fuerzas armadas ecuatorianas lograron adoptar una defensa activa y un combate tierra-aire, conceptos implementados por fuerzas armadas estadounidenses e israelíes.[15] Conceptos y técnicas que el general Paco Moncayo aprendió y aplicó tras su estancia en Israel como agregado militar en ese país en 1986.[16] Gabriel Marcella, analista estadounidense de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de los EE.UU dice lo siguiente: